
En este sentido, el individuo y la lectura coexisten debido a que la una sin la otra no pueden existir. La lectura toma vida cuando el lector lee y forma imagenes en su cerebro, a la vez, el lector es nutrido por la lectura. El sujeto es activo pero también es pasivo porque está abierto a las nuevas ideas, a desaprender y aprender.
En sentido estricto se pretende que el estudiante adquiera la capacidad inferencial, para deducir las ideas centrales y desechar lo que no sirve, para evitar divagar y alejarse del tema central de dialogo. También se considera importante la capacidad conjetural para preguntarse y hacer deducciones lógicas.
La lectura es un punto de partida y en el proceso, las opiniones de los estudiantes son valoradas, porque no existe una sola interpretación. Son diferentes en la medida que cada estudiante analiza desde su experiencia y concepción del mundo que le rodea. Conocemos el principio, pero no el final, porque no existe. Siempre la lectura y el sujeto crecen juntos, en la medida que un texto puede tener 5000 años, y siempre aporta algo nuevo a los lectores. Interpretacióones diferente desde nuevas experiencias.
Esta es una de las consideraciones, para defender la presencia de los grupos de estudio, como parte de un proceso que posibilita la interpretación permanente e innovadora de textos, sin mencionar que la literatura de problemáticas que en general es bastante abundante y nos muestra diferentes maneras de concebir el mundo. Nuevos mundos.
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